martes, 5 de enero de 2021

Vista al Mar en Peñas Altas: cuando el patrimonio y la memoria histórica se ponen en riesgo

Por Odlanyer Hernández de Lara

Matanzas, Cuba - El fin de año de 2020 trajo consigo algunas noticias sueltas en las redes sociales sobre trabajos de acondicionamiento de un pequeño parque que se encuentra junto al mar, detrás del trece plantas de Peñas Altas. Los trabajos han sido impulsados por la Empresa Artex y la Dirección Municipal de Servicios Comunales, según consta en una noticia de ayer divulgada en TV Yumurí. Estas tareas han recibido aplausos de la población, pues el citado parque ha estado olvidado por décadas, al punto que la antes mencionada noticia se refiere al lugar como “un área baldía”. La realidad, es que es un parque poco transitado y conocido, ahora denominado Vista al Mar. Pero ¿conocen los matanceros lo que encierra este lugar bajo el subsuelo? Parece que no. Al menos los que deciden dónde y cómo se gastan los recursos del estado cubano, los recursos de todos, no saben la importancia del lugar, o no les importa. Yo prefiero pensar que es culpa del desconocimiento.

Vista de la nueva construcción y del área del parque. Foto de Rigo Leon, tomada de TV Yumurí


Los ojos curiosos deben haberse percatado que el parque está rodeado de anchos muros, que a la vista parecen antiguos. Pero la importancia de este espacio no es solo que en el se preserven muros antiguos, sino que allí transcurrió una parte de la historia matancera que contribuyó a formar la identidad local del yumurino, desde la etapa colonial hasta la republicana. Hacia 1818 se conocen algunos planos elaborados por ingenieros militares para erigir allí una fortificación que protegiera esa parte de la costa. La otrora nueva construcción contó con una batería a barbeta (el muro curvo sobre la costa que aún se conserva), y un edificio que incluía el cuartel para la tropa y su comandante, cocina, aljibe y hasta una escalera hacia la azotea. Desde la década de 1850 se proponen proyectos de expansión de la fortificación, que se concretó hacia finales de la década de 1870 o inicios de 1880. Ello implicó un área que ocupa hoy hasta el costado del edificio de trece plantas, donde se conserva uno de sus muros originales.

Batería de Peñas Altas en 1901, foto publicada en el Annual Report of the War Department.


Lamentablemente, la batería de Peñas Altas se convirtió en la sede del Escuadrón 41 de la Guardia Rural, donde sufrieron prisión y tortura muchos jóvenes que lucharon contra la dictadura Batistiana. Y luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el edificio histórico fue demolido, hecho que ocurrió en 1962. En 1983 se colocó una placa en el muro que sobrevivió la demolición, en memoria de aquellos que padecieron las atrocidades que allí se cometieron. Luego, en la década de los 2000 se erigió un monumento con los nombres de las víctimas.

Algunos años después de la demolición se construyó el edificio trece plantas y la carretera al fondo, que de hecho cortó, literalmente en dos, la antigua fortificación. Llama la atención que el pequeño espacio de memoria con placa y monumento se ha concebido aislado del parquecito, donde de hecho estaba el edificio principal del inmueble. Quizás la calle contribuyó a que el espacio divido fragmentara la memoria del lugar.

En el año 2011 llamé la atención del olvido en que se encontraba la antigua batería de Peñas Altas en un artículo publicado en la prestigiosa revista de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la CUJAE en La Habana, donde además hice hincapié en el rol del arqueólogo para el rescate de la memoria y el patrimonio local. El mismo texto salió publicado ese año en la Revista Matanzas, con más incumbencia para el público y las autoridades locales. Tanta historia que pasa por ese rincón de Matanzas había quedado relegada… y lo sigue estando. Pero seguimos trabajando y en el año 2019 publicamos una primera aproximación a la historia y arqueología de Peñas Altas en la misma revista de Arquitectura y Urbanismo, y luego como capítulo del libro Fortificaciones de Matanzas, 1693-1976. Esto ha contribuido a que se conozca un poco más ese espacio olvidado.

Sin embargo, a veces el conocimiento no toca a las puertas pertinentes. Tal es así que hace varios años se construyeron nuevos inmuebles adosados al muro sobreviviente, para detrimento de este, y ahora se “mejora” el parquecito. Sin embargo, esas mejoras implican remoción de tierra que afectan a la conservación del patrimonio arqueológico y no se previó una intervención arqueológica previa, o incluso un mero monitoreo de las obras constructivas bajo la mirada experta de un arqueólogo.

Este es un ejemplo de muchos que ocurren en la ciudad yumurina. Y si nos preguntamos por qué ocurre, pues la respuesta es simple: las políticas de protección del patrimonio arqueológico cubano no están actualizadas a los estándares del siglo XXI, ni del XX. Desde 1990 el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS, por sus siglas en inglés), asesor de la UNESCO, planteó las bases para la protección del patrimonio arqueológico en su Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico. Pero la realidad local es más compleja: no se protege lo que no se conoce. Por lo tanto, debemos incentivar políticas públicas que aboguen por la investigación, identificación e inventario del potencial arqueológico de la ciudad (y la provincia) para actuar previo a las intervenciones constructivas que puedan afectar negativamente nuestro patrimonio. El patrimonio arqueológico es un bien no renovable, lo que implica que no se reproduce: lo que se destruye, lo perdemos para siempre. Y sin investigación arqueológica, no solo perdemos los artefactos y estructuras, sino también el conocimiento que hace a nuestra memoria histórica. Es precisamente esto lo que ha sido recientemente resaltado por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, en referencia al programa para la preservación de la memoria histórica y cómo hacerla más visible.

El parquecito de Peñas Altas no solo necesitaba un acondicionamiento, una nueva cafetería, más bancos, columpios y cachumbambés, sino también integrar los valores patrimoniales del lugar para que la comunidad se familiarice con la historia local, con la memoria que hace a nuestra identidad.

Lecturas adicionales:

Hernández de Lara, O. (2011). Arqueología urbana y patrimonio arqueológico en la ciudad de Matanzas, Cuba. Arquitectura y Urbanismo, Vol. XXXII, No. 1:66-71, enero-abril. Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE), La Habana. [leer]

Hernández de Lara, O., J. Orihuela, B. E. Rodríguez Tápanes (2019). Batería de Peñas Altas apuntes histórico-arqueológicos sobre una fortaleza olvidada (Matanzas, Cuba). Arquitectura y Urbanismo XV (1):5-22. [leer]

miércoles, 30 de mayo de 2018

El Castillo de San Severino: imágenes de historia

Nuevo libro publicado como parte de los proyectos que llevamos a cabo para contribuir a la difusión del conocimiento de nuestro pasado. El Castillo de San Severino: imágenes de historia, de Odlanyer Hernández de Lara, Victorio Cué Villate y Boris E. Rodríguez Tápanes, fue publicado a finales de 2017 por Aspha Ediciones.

Este libro de colorear reúne una serie de dibujos que están acompañados de pequeñas historias para divulgar los valores históricos y patrimoniales del Castillo de San Severino, actual Museo de la Ruta del Esclavo en Cuba. Dedicado al público jóven, estas imágenes de historia te llevan al pasado para conocer un poco más de la fortaleza que se fundó junto a la ciudad de Matanzas.


lunes, 1 de enero de 2018

El enigmático escudo de armas o blasón: The enigmatic coat of arms

El escudo de armas o blasón heráldico en el arco del antiguo porticullis o portón, visible desde el puente sobre el mote, es uno de los atributos más enigmáticos de este antiguo castillo. Las armas del blasón están representadas por símbolos tallados directamente en masonería, representando la hidalguía del castillo en el servicio de la Corona.


El escudo está tallado al estilo francés con los vértices inferiores redondeados y terminado en punta, con hojas de sinople bordeando el escudo. En su timbre, o línea superior, vestigios de una ya desaparecida corona. Dentro del escudo se pueden observar, encuartelados, múltiples atributos y ornamentos. Las cuatro flores de lis que traen en su relación con la casa de Borbón. En sus otros cuarteles, leones coronados y rampantes en sinoples arrancados. Su escusón, en el centro, ornamentos de un lobo pasante en perfil y una cabra erecta. El león coronado representando la Corona, el lobo es en principio representante del gobernador de una plaza con servicios al rey o la patria. No se sabe con exactitud cuándo se colocó este escudo ni su significado total. Posiblemente se colocó en los primeros decenios del siglo XVIII cuando se terminaba el castillo. Y así representa el conjunto de insignias privativas del Castillo de San Carlos de Manzaneda, hoy San Severino.

The enigmatic coat of arms

The coat of arms seen from the second bridge on the arch of the main entrance is one of the most enigmatic attributes of the old fort. Its arms are represented by symbols carved directly on the masonry that was once painted according to the laws of heraldry, and represent the arms of the fort in the service of the Spanish Crown.


The coat of arms is designed in a French style, with its inferior vertices rounded and tapered. On its border, vert leaves, and on the top, remnants of crown now lost. Quartered inside the shield are several nobiliary attributes and ornaments. The four fleur-de-lis represent the house of Bourbon. The crowned rampant lions on vert trees represent the Crown. A passing wolf and an erect goat in the center. The wolf represents, in principle, the governor who has done a great service to the king or country. It is not known, exactly, when the coat of arms was emplaced, or its full meaning. However, is possible that it was placed during the first decades of the XVIII century, as the construction of the fort came to completion. In this way, they may represent the specific attributes that represent the Castillo de San Carlos de Manzaneda, today’s San Severino.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Los aljibes: almacenes de agua potable: The fort's cisterns for storage of fresh water

Uno de los aspectos fundamentales de las fortificaciones fue el abasto de agua para la dotación. Para ello se utilizaron los aljibes, que recolectaban el agua de lluvia. Estas fueron una de las primeras obras constructivas del Castillo, iniciadas poco después de su planeamiento, entre 1689 y 1693. Era vital para el personal que allí vivía y trabajaba día a día en su construcción, tener un abastecimiento de agua potable.

 
Durante los planes la reedificación del inmueble entre 1768 y 1772, se hablaba del mal estado de los tres aljibes con que contaba la fortaleza. Las cartas de los contratistas, constructores, arquitectos y el gobernador de la isla mencionan la recomposición de los aljibes, en especial el fondo, las paredes y sus bombas, que fueron dañadas en la explosión del verano de 1762. Los aljibes o cisternas fueron primeramente revisados en 1768 y finalmente recompuestas en 1781, con un costo total aproximado de 390 pesos.

En 1777 uno de los aljibes se reventó, posiblemente durante las labores reconstructivas. Con el paso del tiempo y la instalación del agua corriente, estos espacios quedaron en abandono. En 1998, mientras se realizaban trabajos arqueológicos en la fortaleza, un grupo de investigadores descendieron en cuerdas al aljibe que se encuentra a un lado de la Casa del Gobernador, donde fueron hallados cantidades de documentos históricos olvidados desde la década de 1940.


Cisterns for storage of fresh water

One of the main aspects of any fortification is the water supply. Cisterns and wells were used to collect rainwater as means of storing the needed water for all the functions of the fort. These were one of the first features built on the fort, beginning shortly after its planning between 1689 and 1693. It was vital for the troop and the people that worked day by day on its construction to have a supply of drinking water.


During the reconstruction of the fort, between 1768 and 1775, the three existing cisterns were in a very poor state. Contractors, builders, architects and even the island Governor wrote letters mentioning the necessary repairs of the cisterns, more impending where its floors, walls, and vaults which had been damaged during the explosion in 1762. The cisterns were first inspected in 1768 and finally rebuilt by 1781. In 1777 one them burst, possibly during its reconstruction. Their rebuilt had a total cost of about 390 pesos.

With the later and more modern installation of running water on the fort, the cistern system became obsolete. In 1998, while conducting archaeological work in the fortress, archaeologists descended into the cistern located next to the Governor's House where they found many historical documents that were deposited there into the 1940's.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Las Colisas para los cañones de la plataforma de San Juan: The cannon roller paths on San Juan's platform

En la década de 1880 se proyecta la renovación de la artillería del Castillo de San Severino, que ya estaba obsoleta para entonces. Los nuevos cañones, del denominado Sistema Elorza, tenían mayor alcance y rendimiento, a la vez que permitía una movilidad más dinámica. Eran montados sobre cureñas de madera con ruedas de metal que giraban sobre las colisas en forma de arco.


En San Severino fueron instaladas al menos una en el Baluarte de San Antonio y tres en la Plataforma de San Juan. La artillería nueva aparece en un par de planos, pero un hallazgo interesante fue encontrar una foto del siglo XIX, donde aparecen cuatro cureñas de madera con ruedas en la Plataforma de San Juan. Pero además, cuando los arqueólogos monitoreaban los trabajos de limpieza en la fortaleza, se localizaron dos de las colisas mencionadas, excavadas en un piso de sillares que era desconocido hasta ese momento. Otra estructura semicircular también fue descubierta, probablemente para una tercera pieza de artillería. Un detalle importante es que para la instalación, tuvieron que hacer grandes modificaciones a la Plataforma, lo que incluyó demoler parte de la muralla con las antiguas troneras y las banquetas, utilizadas para que la tropa pudiera ver por sobre el parapeto. A pesar de no contar con esas extraordinarias piezas de madera en la actualidad, nos quedan las huellas de las colisas, labradas en la roca.


The cannon roller paths on San Juan’s platform

The artillery of Castillo San Severino was already obsolete by the 1880’s when a new renovation was projected. Cannons of the Elorza system were installed. These new cannons had a greater reach and were of better performance, at the same time allowing more freedom for aim and motion. Such iron cannons were mounted over wooden carriages with metal wheels, which in turn where mounted on wood carriers that moved over arched roller paths. At least one was installed at San Antonio’s bastion and four in the San Juan’s Platform.


These new pieces of artillery appear indicated in several of plans and maps of the era. More so, we have located a XIX Century photograph where four of the wooden, wheeled carriages appear on the San Juan’s Platform.

When archaeologists were monitoring the works carried out on the platform, two of the aforementioned roller paths were located carved onto the floor, exposing them for the first time in decades. A third semicircular structure was also discovered, probably related to the placement of a third piece of artillery. In consideration, the installation of all these artillery pieces required major modifications which included demolishing part of the wall embrasures and firing steps so that the troop could see over the parapet. Despite not having all these extraordinary wooden carriages today, the roller paths have been preserved carved on the rock floor and can be seen at Castillo de San Severino today.



martes, 10 de octubre de 2017

El Camino cubierto y sus guijarros : The covered way and its cobblestones

El camino cubierto, también denominado entrada encubierta, era un camino terraplenado protegido por el parapeto. Forma parte de la defensa marítima de la fortaleza y comunica el puente levadizo con la puerta de acceso a la Plataforma de San Juan.


El muro que da a la bahía posee varias aspilleras para la defensa con fusil en caso de ataque. Durante su restauración en el año 2006 se descubrió el piso original del camino. Se pudo determinar que estaba compuesto por una diseñada organización de guijarros o chinas pelonas, que adornan el transitar al interior de la fortaleza. Luego de la voladura del castillo en 1762, se plantearon varias modificaciones para el camino cubierto, aunque entre 1777 y 1781 aún no se habían completado.

Algunos cambios adicionales también se plantearon, como aumentar su profundidad, lo cual aparentemente nunca se llevó a cabo. Este constituye la entrada principal al Castillo, por lo que parece haber sido elegido para colocar la tarja fundacional y uno de los escudos que tuvo el inmueble. Si bien no se conoce del paradero de estas importantes piezas, la detallada observación de los muros permitió ubicar dos espacios cavados en los sillares del muro al final del camino cubierto, donde se abre una pequeña plaza. Ambos lugares parecen coincidir con la tarja y el escudo desaparecidos. Hoy se pueden apreciar estos espacios que otrora sostuvieron dos de los emblemas de San Severino.


The Covered way and its cobblestones

The covered way, also called the covert entrance, was a terraced path protected by a parapet. It is part of the maritime defense of the fortress and communicates the drawbridge with an access door to San Juan’s Platform. The seawall of the way still has several loopholes used for rifle defense in case of attack. The original floor was recovered during its restoration in 2006. It consists of an organized pattern of cobblestones which adorn the way to the interior of the fortress.


After the damage inflicted by the explosion in 1762, several modifications were proposed for the covered way. These included increasing its depth, although by 1781 they had not yet been completed. Others were never carried out.

The covered way constituted the main entrance to the Castillo, as thus, it was chosen as the place to house the foundational plaque and one of the fort’s two coat of arms. Although these important pieces are lost today, detailed observation of its walls allowed the location of two spaces carved at the end of the covered way where a small plaza opens up. These two spaces seem to match the missing plaque and coat of arms. Today was can still see the reserved spaces where these two emblems were originally emplaced as part of this tour.

viernes, 15 de septiembre de 2017

El puente levadizo del Castillo de San Severino: The Drawbridge-the first protected entrance

Los puentes constituyeron obras fundamentales en las fortificaciones. Su función no era sólo conectar diferentes espacios construidos para la defensa que estaban separados por el foso, sino también crear obstáculos en caso de necesidad. Estos pueden ser levadizos, estables, fijos o durmientes y giratorios. San Severino cuenta con dos puentes, uno que era levadizo y otro fijo o durmiente.

Vista del puente levadizo del Castillo. Fotografía de principio del s. XX,
Colección Manuel Bustamante, Universidad de Miami (UM).

El puente levadizo comunica el camino serpenteado que le sigue a la puerta principal de la fortaleza con la Plataforma de San Juan, su obra de avanzada. Se construía de forma mixta, con una parte fija con una base de pilares de madera, ladrillos o mampostería, y la otra parte levadiza, con un tablero de madera del ancho de la puerta que la cerraba cuando se elevaba. El puente debía suspenderse con un mecanismo de cadenas o masas cilíndricas de hierro. Al levantarse este puente se cerraba el acceso al parapeto aspillerado de la plataforma, aislando la fortaleza a través del foso.

Vista del puente levadizo en 1898-1899 durante la ocupación norteamericana

Hoy en día el mecanismo que lo elevaba ha desaparecido. Durante los trabajos de restauración que se realizaron en el año 2006 se logró recuperar parte de uno de los dispositivos que lo suspendía. Los pilares de madera de este puente fueron sustituidos por sillares en 1851. Tras años de abandono, el puente desapareció, pero fue nuevamente erigido en las labores de restauración del 2008, aunque esta vez como puente fijo.


The Drawbridges of Castillo de San Severino: The first protected entrance

The bridges were fundamental features of fortifications. Their function was not only to connect different spaces built for a defense that was separated by the moat but also to create obstacles in case it was necessary. They can be classified as drawbridges, movable, immovable or dormant, swing bridges, etc. San Severino had two: one drawbridge and one immovable or dormant bridge. 

A modern view of the reconstructed drawbridge, looking west. 

The drawbridge communicated the access way that follows the main gate of the fortress with San Juan’s Platform, the forts’ advanced defense. It was built with a fixed part, which had a base of wooden pillars and bricks or masonry. The movable part consisted of a wooden board the same size of the door that closed when it was raised. The bridge was to be suspended with a chain mechanisms or cylindrical iron counterweights. When the bridge was lifted, the access to the platform’s parapet was closed, allowing the moat to isolate the fortress. Today the elevating grating mechanism has disappeared. 

During the restoration carried out in 2006, it was possible to recover part of the lifting drums that were used to draw the bridge up. Masonry pillars replaced the wooden pillars of the bridge in 1851. The bridge disappeared after years of abandonment but was again erected during the restoration in 2008, although as a dormant bridge this time.